Justo el día en que llevo gafas y un jersey
horroroso
usted descubre mi arrinconada existencia
Le hablo con la sorpresa de no sorprenderme al tocar una
ardilla.
Y contengo como este alud de labios para no
abalanzarme sobre su nuca
mientras guarda, de espaldas a mi sombra crecinte
unos papales en al carpeta.
miércoles, 20 de febrero de 2008
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