EL HAIKU EN OCCIDENTE
por Ricardo de La Fuente
El haiku es uno de los capítulos más sensibles de la literatura japonesa. Es un poema corto de diecisiete sílabas distribuidas en tres versos: el primero y el último, de cinco; y el intermedio, de siete. Adquirió su forma actual a finales del siglo XV y debe su nombre definitivo al poeta e investigador literario Shiki (1867-1902). Su argumento es descriptivo. Un fogonazo ilumina una scena situada, casi siempre, en un paisaje. Sus protagonistas son las montañas, los ríos, las aves y las flores, contemplados en las diferentes estaciones del año. Estas imágenes se encadenan con sentimientos de muy diversa índole: nostálgicos, humoristas e incluso religiosos, procedentes sobre todo, estos últimos, del budismo Zen.
REPERCUSIÓN DEL HAIKU
La cultura oriental penetra en occidente en dos momentos: a fines del siglo XIX y a principios del XX —sobre todo en Francia y a través de escritores americanos e ingleses— y después de la Segunda Guerra Mundial. En este segundo momento la vía de entrada es Estados Unidos, donde hay un buen número de yamatólogos. Favorece este proceso la difusión de un novelista como Hermann Hesse y sus obras llenas de filosofia oriental.
La cultura japonesa se patentiza a principios de siglo en la literatura en inglés y en francés, a través de los imaginistas, Conrad, Aiken, Wallace Stevens, Cocteau, Apollinaire y otros. Aunque no deje de estar presente en otros países como Italia (Ungaretti) y España, como veremos luego. Ezra Pound y los imaginistas pretendían:
1. Tratamiento directo del objeto, sea subjetivo u objetivo.
2. No usar ni una sola palabra que no contribuya a la presentación.
3. En cuanto al ritmo: componer en frase musical, no con un metrónomo.
Ésto, unido al valor que dan a la imagen y a su carácter, coincide con el haiku. Un ejemplo reiterado de esta influencia sería "En una estación del metro" de Ezra Pound, a pesar de las diferencias existentes con estos poemas japoneses: The apparition of these faces in the crowd; Petals on a wet, black hough. (Personae)
- ¿Os animáis a ilustrar estos haikus?
HAIKUS DE
NUEVOS HAIKUS
1
Relámpago rojo
salta del pasto seco:
una culebra coral.
2
El girasol en la tarde
se inclina en reverencia
a la caída del sol.
3
En la piedra de la tumba
sólo velas y lirios:
ni el nombre se lee.
4
Una hoja muerta
se posa en el camino:
arrugas en las manos.
5
Bajo la luna fría
en el plato los restos de la cena:
pastelillo despreciado.
6
Anillito de amores:
“deja entrar mi dedito
y no le digas a nadie.”
7
En la cumbre del palo,
protegida por las avispas:
Orquídea delicada.
8
Domingo por la mañana:
huele más que el café
la vainilla en flor.
9
Mensajero de la tarde:
un gallo viejo anuncia
que la lluvia se fue.
1
0
En mi día oscuro
de repente una candelita:
Luz en la selva del alma.
11
La pluma de un pájaro
se posa en el patio:
nace un cabello blanco.
12
Luminosos cuernos
del mihura escondido:
luna creciente.
13
Frente al vaso de agua
el viejo capitán sueña:
¿aún vuelve al mar?
14
Al abrir el armario,
veo caminos en mis zapatos:
¿Cuál, en mi último viaje?
15
Se voló de mi mano
entre hojas secas:
la carta esperada.
16
Bendición para los ojos:
en la quema de la selva
la orquídea resiste.
17
El campesino abre
el surco de arado en la tierra:
una nueva arruga.
18
Flauta en la selva:
el viento sopla en los huecos
del bambú brocado.
19
Gesto de mirón:
desde la solera de la ventana
un palomo me espía.
20
Jardín abandonado:
sólo los cadillos se pegan
en mis pantalones viejos.
21
Una sobre la otra
dos moscas en el mantel
he pedido un vino
22
Ráfaga de viento -
acompañando las hojas,
una mariposa
23
No estoy solo
se posa en la mesa
la primera mosca
24
Pasó por aquí
dejando su huella en la sábana:
Olor de almendras.
25
Ramas secas
rogando a lo alto:
¿Cuándo vendrá la lluvia?
lunes, 31 de marzo de 2008
Alejandra Pizarnik
LA ÚNICA HERIDA
¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?
He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.
ESTAR
Vigilas desde este cuarto
donde la sombra temible es la tuya.
No hay silencio aquí
sino frases que evitas oír.
Signos en los muros
narran la bella lejanía.
(Haz que no muera
sin volver a verte.)
ALEGRÍA
Algo caía en el silencio. Un sonido de mi cuerpo. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
LA PALABRA QUE SANA
Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
PIEDRA FUNDAMENTAL
No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.
Sus ojos eran la entrada del templo, para mí,
que soy errante, que amo y muero. Y hubiese
cantado hasta hacerme una con la noche, hasta
deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
Un canto que atravieso como un túnel.
Presencias inquietantes,
gestos de figuras que se aparecen vivientes por
obra de un lenguaje activo que las alude,
signos que insinúan terrores insolubles.
Una vibración de los cimientos, un trepidar de
los fundamentos, drenan y barrenan,
y he sabido dónde se aposenta aquello tan
otro que es yo, que espera que me calle para
tomar posesión de mí y drenar y barrenar los
cimientos, los fundamentos,
aquello que me es adverso desde mí, conspira,
toma posesión de mi terreno baldío,
no,
he de hacer algo,
no,
no he de hacer nada,
algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar.Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas.(Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.Cuando el barco alteró su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?).El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín. Hay un jardín.
COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
A quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse.
¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?
He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.
ESTAR
Vigilas desde este cuarto
donde la sombra temible es la tuya.
No hay silencio aquí
sino frases que evitas oír.
Signos en los muros
narran la bella lejanía.
(Haz que no muera
sin volver a verte.)
ALEGRÍA
Algo caía en el silencio. Un sonido de mi cuerpo. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
LA PALABRA QUE SANA
Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
PIEDRA FUNDAMENTAL
No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.
Sus ojos eran la entrada del templo, para mí,
que soy errante, que amo y muero. Y hubiese
cantado hasta hacerme una con la noche, hasta
deshacerme desnuda en la entrada del tiempo.
Un canto que atravieso como un túnel.
Presencias inquietantes,
gestos de figuras que se aparecen vivientes por
obra de un lenguaje activo que las alude,
signos que insinúan terrores insolubles.
Una vibración de los cimientos, un trepidar de
los fundamentos, drenan y barrenan,
y he sabido dónde se aposenta aquello tan
otro que es yo, que espera que me calle para
tomar posesión de mí y drenar y barrenar los
cimientos, los fundamentos,
aquello que me es adverso desde mí, conspira,
toma posesión de mi terreno baldío,
no,
he de hacer algo,
no,
no he de hacer nada,
algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella.En el silencio mismo (no en el mismo silencio) tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo de los pasos perdidos.No puedo hablar para nada decir. Por eso nos perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardientes.¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a lo estéril, a lo fragmentado.Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa (pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, petrificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de la música para tener una patria. Pero la música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un refrán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se estableciera algo parecido a una estación de trenes, quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lugar, en unión y fusión con el lugar.Pero el refrán era demasiado breve, de modo que yo no podía fundar una estación pues no contaba más que con un tren algo salido de los rieles que se contorsionaba y se distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus traiciones porque la música estaba más arriba o más abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy escribiendo.)Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido en el momento que los jinetes con antorchas en la mano galopaban en ronda feroz sobre corceles negros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de ángeles que suministre algo semejante a los sonidos calientes para mi corazón de los cascos contra las arenas.(Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.)(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a comenzar el canto...)Y era un estremecimiento suavemente trepidante (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su musicalidad y trepida con más disonancia que un caballo azuzado por una antorcha en las arenas de un país extranjero).Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí que me había muerto y que la muerte era decir un nombre sin cesar.No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa, un escenario más.Cuando el barco alteró su ritmo y vaciló en el agua violenta, me erguí como la amazona que domina solamente con sus ojos azules al caballo que se encabrita (¿o fue con sus ojos azules?).El agua verde en mi cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra. Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en un jardín. Hay un jardín.
COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
A quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse.
viernes, 28 de marzo de 2008
BENEDETTI ESTA ENFERMO
El gran poeta está enfermo, esperemos que se recupere pronto y que siga deleitándonos con hermosos textos como ese Vivir adrede, con sus poemas.
Aqui podeís ve run video en esta página al final y leer algunos de sus poema,s escucharlos en su voz, como ese Desaparecidos.
http://www.poesiasalvaje.org/aire/index.php/benedetti-esta-enfermo
Aqui podeís ve run video en esta página al final y leer algunos de sus poema,s escucharlos en su voz, como ese Desaparecidos.
http://www.poesiasalvaje.org/aire/index.php/benedetti-esta-enfermo
domingo, 9 de marzo de 2008
MUJERES Y SUS MIRADAS EN MOVIMIENTO
Este video es espectacular, hay tantas miradas, igual hasta os reconocéis en alguna. Y queda el reto de buscar los cuadros completos, si alguien se anima que nos los vaya haciendo llegar.
viernes, 7 de marzo de 2008
FRASES y CITAS DIA DE LA MUJER 8 de marzo
Citas y frases célebres de Simone de Beauvoir
Las personas felices no tienen historia.
Lejos de que la ausencia de Dios autorice toda licencia, el que el hombre esté abandonado sobre la Tierra es la razón de que sus actos sean compromisos definitivos.
De alguna manera, el misterio de la encarnación se repite en cada mujer: todo niño que nace es un dios que se hace hombre.
¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
Entre dos individuos, la amistad nunca viene dada, sino que debe conquistarse indefinidamente.
La incultura es una situación que encierra al hombre tan herméticamente como una cárcel.
La longevidad es la recompensa de la virtud.
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.
Sólo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburg, una madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia
Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicios.
El cristianismo le dio al erotismo su sabor de pecado y leyenda cuando dotó a la hembra humana de un alma
Para saber más sobre esta mujer:
http://lamaqdeescribir.blogspot.com/2008/01/homenaje-simone-de-beauvoir-100-aos.html
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